El episodio octavo de esta cuarta temporada es "The Guilty Girl's Handbook" (El manual de la chica culpable), nombre que le viene al pelo a este capítulo. Nuestras "Pretty Little Liars" siguen en su línea. Aquí os dejo mi review, con spoilers, por supuesto, y algunas imágenes del episodio.
Después de que un coche se estrellase en la casa de Emily, ella y su madre están en un motel hasta que puedan repararles la casa, y parece que tardarán en hacerlo. El coche que les golpeó era robado, según lo que habían investigado. Mientras tanto, Spencer, Aria y Hanna están en casa de Spencer con Verónica, que les explica que no se ha puesto fianza a la madre de Hanna para salir de la cárcel. Tienen que apelar, pero la cuestión es que mientras tanto parece que se la llevan más lejos, a otra prisión. Hanna decide no ir a clase y quedarse con su padre.
Aria se encuentra a su hermano, Mike, y se entera de que éste va a clases de artes marciales. Ezra, por su lado, habla por teléfono con su hijo cuando llega Emily. Nuestro guapo profesor le pregunta, tan amable como siempre, si ella y sus amigas están siendo amenazadas de nuevo, pero Em no le cuenta nada - para variar -. Caleb y Spencer siguen investigando a "A". Las pistas les llevan a direcciones en Nueva York.
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Ashley llama a Hanna y la conversación madre/hija da bastante lástima. La verdad es que las pobres se llevan casi todos los palos últimamente. Hanna pide a Mona que la ayude; quiere confesar el asesinato de Wilden y necesita que Mona la ayude a hacerlo creer a la policía. Típica idea de Hanna que no nos extrañaba ni lo más mínimo que llegara.
Spencer conoce al nuevo interno de su madre, Beckett (¿otro con quién liarse?) y se queda a ayudarle con los archivos de su madre con la excusa de cotillear (y robar alguno que otro) de paso, ya que un documento tiene relación con E.Lamb, al que recordaréis de Radley. Spencer averigua que a Wilden le preguntaron por la muerte de la madre de Toby y mintió sobre ello.
Aria habla con Jake sobre su hermano, que resulta que está en su clase de artes marciales, y le cuenta que hay chicos que se meten con él. Emily se reencuentra con su amiga Zoe, la que organizó el voluntariado en el que ya estuvo. Piens en volverse a marchar.
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Caleb visita a Ashley en prisión y ésta le advierte de que Hanna puede hacer cualquier locura - cómo la conoce oye, como nosotros -, así que le pide que la vigile. Caleb la ve con Mona y empieza a sospechar.
Beckett no se chiva a Verónica de que su hija le ha robado un archivo de Wilden, sólo le pide a Spence que lo devuelva.
Aria escucha un coche fuera y llama a su hermano, pero está en una fiesta y se preocupa por él. Jake, tan predecible como siempre, acude a su llamada para ayudarla. Cuando averiguan que está sano y salvo, se queda igualmente.
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Caleb intercepta a Hanna cuando se va a hacer su confesión. Emily también tiene algo de drama en casa, ya que su madre se ve desboradada por la situación y cuando Em le dice que igual se marcha de voluntariado, rompe a llorar desconsoladamente. Se cargan a sus familias estas chicas, a base de disgustos.
Entonces llega la sorpresa - o no tan sorpresa -. Mona llega a comisaría para hablar del asesinato de Wilden. Puede parecer que va a delatar a Hanna para ayudarla y obligarla a salvar a su madre mediante su confesión, pero en realidad confiesa ella. Tiene todos los detalles repasados con Hanna, así que lo hace lo más convincente posible.
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Spencer le dice a su madre que Wilden mintió sobre la madre de Toby y que puede que no se suicidara, pero Verónica le quita importancia al asunto. Entonces recibe una llamada; Mona ha confesado. Spencer avisa en seguida a todas sus amigas y van allí para ver a Mona sonreír mientras cierran la persiana.
La última escena es la de "A" con un taladro.
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