El título de la entrada de hoy lo dice todo: gracias por existir, Frankie y Grace. Para quienes todavía no hayáis tenido el placer de conocerlas, os cuento rápidamente, ¿os parece?
"Grace and Frankie" es una serie comedia de Netflix (¿cómo no?) protagonizada por las dos veteranas actrices Jane Fonda y Lily Tomlin y creada por Marta Kauffman (co-creadora y productora de la serie "Friends") y Howard J. Morris. La serie estrenó en el año 2015 y hace poco acabó su 6ª temporada. Ya sabemos que tendrá una más, la 7ª, con la que darán carpetazo a la serie, porque quieren, porque podrían darnos unas cuantas más y no diríamos que no.
La serie tiene como centro a dos mujeres octogenarias, Grace (Jane Fonda), una empresaria retirada y Frankie (Lily Tomlin), una artista bohemia y alocada. Dos polos opuestos completamente que se conocen desde hace muchos años porque sus maridos son abogados y trabajan juntos.
No es un spoiler porque ocurre en los primeros minutos del primer episodio y es la trama central de la serie, pero quien no quiera leerlo, que pare aquí ya y se ponga la serie. Bien, Grace y Frankie se ven obligadas a unir sus vidas cuando sus maridos deciden dejarlas para casarse entre ellos, pues llevan teniendo un affair durante los últimos veinte años pero no sabían como salir del armario ni querían hacerles daño. Las dos mujeres, tras el shock inicial, acaban viviendo juntas en la casa de la playa que compartían para vacaciones, intentando entenderse entre ellas y empezar de nuevo sus vidas a los 80.
A partir de este genial planteamiento, asistimos a la evolución de estos dos maravillosos personajes, a los obstáculos que encuentran y también a sus nuevas ilusiones y proyectos; nunca es tarde para hacer lo que uno ama y conocerse a uno mismo.
Y, por si fuera poco con esto, el resto de personajes son excepcionales, desde los dos ex maridos, que también nos regalan tramas muy intensas y bonitas, interpretados por Sam Waterston y Charlie Sheen, hasta las dos hijas de Grace y Robert y los dos hijos adoptados de Frankie y Sol.
Los episodios son cortos, nos dejan con ganas de más, nos dan muchas risas, alguna que otra lágrima, y un mensaje: nunca es tarde para nada.
Fonda y Tomlin son, sin duda alguna, el alma de la serie. Podrían ser perfectamente los papeles de sus vidas. Lo dan todo en cada escena y es imposible no absorber cada interpretación de ambas en la serie y pedir que nos den muchas más.
Nos han ofrecido una serie original, imprescindible, esperanzadora y bella, donde las risas y las ilusiones no nos las crean adolescentes o personas de treinta años, sino octogenarias y octogenarios que, en su día a día, deciden vivir vidas plenas y especiales.
Sino existieran, habríamos de inventarlas.
Tráiler:
La serie tiene como centro a dos mujeres octogenarias, Grace (Jane Fonda), una empresaria retirada y Frankie (Lily Tomlin), una artista bohemia y alocada. Dos polos opuestos completamente que se conocen desde hace muchos años porque sus maridos son abogados y trabajan juntos.
No es un spoiler porque ocurre en los primeros minutos del primer episodio y es la trama central de la serie, pero quien no quiera leerlo, que pare aquí ya y se ponga la serie. Bien, Grace y Frankie se ven obligadas a unir sus vidas cuando sus maridos deciden dejarlas para casarse entre ellos, pues llevan teniendo un affair durante los últimos veinte años pero no sabían como salir del armario ni querían hacerles daño. Las dos mujeres, tras el shock inicial, acaban viviendo juntas en la casa de la playa que compartían para vacaciones, intentando entenderse entre ellas y empezar de nuevo sus vidas a los 80.
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| Los cuatro protagonistas de Grace y Frankie |
A partir de este genial planteamiento, asistimos a la evolución de estos dos maravillosos personajes, a los obstáculos que encuentran y también a sus nuevas ilusiones y proyectos; nunca es tarde para hacer lo que uno ama y conocerse a uno mismo.
Y, por si fuera poco con esto, el resto de personajes son excepcionales, desde los dos ex maridos, que también nos regalan tramas muy intensas y bonitas, interpretados por Sam Waterston y Charlie Sheen, hasta las dos hijas de Grace y Robert y los dos hijos adoptados de Frankie y Sol.
Los episodios son cortos, nos dejan con ganas de más, nos dan muchas risas, alguna que otra lágrima, y un mensaje: nunca es tarde para nada.
Fonda y Tomlin son, sin duda alguna, el alma de la serie. Podrían ser perfectamente los papeles de sus vidas. Lo dan todo en cada escena y es imposible no absorber cada interpretación de ambas en la serie y pedir que nos den muchas más.
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| Frankie y Grace |
Nos han ofrecido una serie original, imprescindible, esperanzadora y bella, donde las risas y las ilusiones no nos las crean adolescentes o personas de treinta años, sino octogenarias y octogenarios que, en su día a día, deciden vivir vidas plenas y especiales.
Sino existieran, habríamos de inventarlas.
Tráiler:
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