Brendan Fraser, Sadie Sink y Hong Chau protagonizan "The Whale" (La ballena) y nos regalan casi dos horas de drama del bueno, del que vale la pena ver y por el que vale la pena dejarse entristecer.
Hoy he podido ver la película, sabiendo ya que Brendan ha ganado el Oscar por su interpretación de Charlie, un hombre con el alma demasiado cansada como para seguir sobreviviendo. Y qué merecido el Oscar...
Charlie es un hombre que ha sufrido golpes importantes en su vida, pero mantiene el positivismo y la fe en los demás, aunque no en sí mismo. Le acompaña en su odisea su mejor amiga, Liz, que es enfermera. Charlie la necesita, además, porque es obeso mórbido y no puede valerse por sí mismo, pero tampoco puede permitirse un seguro de salud, así que está resignado a su futuro, o a la falta de él. En estos momentos tan sombríos de su vida trata de conocer a su hija, adolescente, Ellie, una chica rebelde, enfadada con el mundo y que no quiere saber nada de él.
Con esa premisa partimos al ver The Whale y, (SPOILER) aunque ya sabemos que no va a mejorar, que él ya ha tomado la decisión de no gastar dinero en si mismo, porque lo quiere para su hija, no dejamos de ver como su forma de ser hace mejores a quienes tiene cerca.
La película es simple, realmente, no hay cambios de guión esperanzadores de último momento y es una situación que podría ser tan real como cualquier otra. Pero Brendan da una profundidad a la historia con su sonrisa, sus ojos, y esas lágrimas suyas que nos rompen el corazón a todos, incluso cuando son de alegría (como al ganar un Oscar...). Una obra realmente emotiva que, esperemos, será el principio del regreso de Brendan Fraser a los cines y, porqué no, también a la televisión, ahora que las series son tan importantes.
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